Desde 2013, a raíz de una crisis personal que me afectó en todos los niveles, duro más de dos años y que se desencadenó por un fracaso amoroso (el último porque he tenido muchísimos), vi claramente que había muchas cosas que no funcionaban en mi vida. Empecé a cuestionarme mi modo de actuar en muchos aspectos, ya que los resultados que había obtenido hasta el momento, nada se asemejaban a los que deseaba. 
Todo empezó ahora hace 18 años después de un divorcio traumático en el que no realicé ningún proceso consciente de duelo o de reconstrucción personal y mi autoestima estaba por los suelos. 
En vez de sentir el dolor que sentía en ese momento, preferí rodearme de gente en todo momento, ser siempre el centro de atención, el alma de la fiesta,  salir de fiesta, enrollarme con chicos distintos, pero siempre inconscientemente buscando una relación estable. Era mi gran anhelo. Creía que si encontraba otra pareja sería feliz, no me sentiría tan fracasada por no haber sabido mantener mi matrimonio y todo sería de color de rosa.
Nada más lejos de la realidad... Cada vez elegía peor a los hombres con los que estaba. Ninguno se quería comprometer, me engañaban, me hacían ghosting, repetía patrones e iba de una relación tóxica a otra... vamos,  de mal en peor.
Por fin, un día advertí que culpar a los demás, a la vida, a la mala suerte o a quien fuese no me servía de nada y decidí buscar soluciones. La verdad ha sido un camino muy largo y duro en ocasiones, pero me siento otra persona. Mis resultados en la vida han cambiado un doscientos por cien, sobre todo con mis relaciones y no solo de pareja, sino también en el trabajo, amigos y familia. He estudiado y me he formado con los mejores. Me he gastado grandes cantidades de dinero, pero al final trabajando con distintas herramientas de desarrollo personal, coaching y de educación social, he desarrollado una metodología  que realmente funciona y con la que desde hace dos años ayudo a mis clientas/es a empoderarse y sobre todo a mejorar su autoestima y con ello la relación con ellas mismas.
La vida es muy corta para vivir en la tristeza, en la rabia, desde el anhelo, inseguridad o insatisfacción.

Contáctame ahora para ver cómo lo lograremos. Pero te aseguro que si yo he podido... ¡Tú puedes!